Frente a estas situaciones, los trabajadores debemos estar en un estado de alerta continuo, debido al cambio climático y las consecuencias que ocasiona en la región, la deforestación a partir de la tala indiscriminada, el verter productos tóxicos a las corrientes fluviales, así como el uso de agroquímicos son parte de las consecuencias que debemos pagar. Por consiguiente es nuestro deber concientizar a los Estados del daño.
El exigir mayor inversión en infraestructura a nuestros gobernantes, que acompañe la incertidumbre del cambio climático, se hace inminente para conservar nuestro hábitat para las futuras generaciones en el Continente.
Saludos fraternos y nuestra solidaridad de clase.
Pablo Cabrera
Presidente
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