Los manifestantes, que se sumaron también a un paro de un día convocado por los sindicatos del sector público, cubrían gran parte de la Avenida Segunda, una de las más amplias de la capital, en su recorrido entre el Ministerio de Hacienda (centro) y la Casa Presidencial (sureste).
«Aumento = limosna», «no al decretazo», «Ni un paso atrás», fueron algunas de las consignas que gritaban los trabajadores durante la marcha.
Al movimiento se unieron empleados del gobierno central, el magisterio, los servicios públicos de salud, los puertos y las telecomunicaciones, entre otros sectores, aunque la paralización fue sólo parcial, según una valoración del gobierno.
Los sindicatos rechazan la decisión del gobierno de decretar, de forma unilateral, un aumento de 5.000 colones (10 dólares) a los salarios de los empleados públicos, tras un fallido un intento de negociación en enero pasado.
El gobierno alega que en las actuales condiciones del país, con un déficit fiscal de casi 5% del Producto Interno Bruto (PIB), no es posible ofrecer un ajuste mayor a sus empleados sin causar un mayor desequilibrio en las finanzas públicas.
La presidenta Laura Chinchilla ha intentado aprobar una reforma fiscal para enfrentar el problema, la cual permitiría cubrir cerca de la mitad del déficit, con un aumento de 1% en el impuesto al valor agregado, entre otros gravámenes.
Sin embargo, tanto los sindicatos como los empresarios y la mayoría de la oposición política rechazan la propuesta, que se ha empantanado en el Congreso.
Ante la multitudinaria manifestación de este miércoles, Chinchilla dijo que lamentaba la actitud de los trabajadores ante un problema que, a su juicio,»no justifica paralizar servicios fundamentales para la población».
El gobierno ha insistido en que está abierto a negociar con los representantes sindicales, pero se mantiene firme en que no mejorará su oferta de aumento salarial.
NO AL NEOLIBERALISMO Y A LOS SALARIOS DE HAMBRE
Los manifestantes acudieron hasta la sede del Ministerio de Hacienda y luego marcharon a la Casa Presidencial, para ratificar su inconformidad con el aumento salarial de apenas 10 dólares para las bases, 4,15 por ciento menos de lo solicitado por los sindicatos.
Para los participantes en la concentración, esa suma está por debajo del costo de vida, mientras las autoridades gubernamentales insisten en que no pueden hacer más debido a la crisis económica por la cual atraviesa el país.
Diputados de distintas fracciones apoyaron la manifestación, que contó con la asistencia de miles de personas con pancartas, banderas, y otras señales de su decisión de continuar la lucha por sus derechos.
«Creo que lo que están haciendo los trabajadores es un mecanismo valido, ellos tienen todo el derecho de reclamar», afirmó la legisladora del Movimiento Libertario, Marielos Alfaro.
«Espero que el gobierno escuche el clamor del pueblo», dijo su par por el Partido Accesibilidad sin Exclusión, Rita Chaves, en tanto el parlamentario del Frente Amplio, José María Villalta, se unió a los huelguistas en las instalaciones de Zapote.
Otros diputados concordaron en la justeza de la medida de presión de los trabajadores y criticaron lo reducido del incremento salarial, anunciado en enero de 2012.